Video Hermoso, mensaje Sabio.
Soy una apasionada de la cultura indígena, siento profundo respeto por sus enseñanzas, por el legado que nos han dejado, y a pesar de haberse visto despojados de todo por la barbarie de la colonización occidental, y que en pleno siglo XXI continua con algunas tribus que aún permanecen en pie, su Espíritu y su Esencia siguen vivos, hoy más que nunca.
Yo, que soy firme creyente de que el tiempo no existe, y de que pasamos por diferentes estadíos y culturas de vida en vida, para nuestro crecimiento y evolución, siento muy certero en mi interior mi paso cercano por esa vivencia indígena y me llena de emoción todo lo que a ella se refiere.
Tuve el privilegio de experimentar una de esas vivencias hace unos años en mi viaje a Shasta el monte Sagrado en EE UU. Conocí a un indio Lakota que nos abrió las puertas de su casa al grupo que viajábamos, y nos ofreció participar en un Inipi o Temazcal, Ceremonia Espiritual de Sanación originaria de las Culturas Nativas que trabaja con los 4 elementos de la Naturaleza, fue una experiencia que no olvidaré y que ojalá pueda volver a repetir. Agradeceré eternamente ese Regalo del Universo.
Os dejo este Hermoso texto que siempre me inspira de un anciano indio.
Oriah, soñador de la montaña.
-No me interesa lo que haces para ganarte la vida. Quiero saber cual es tu dolor, y si te atreves a soñar que te permites encontrar lo que tu corazón añora.
-No me interesa cuantos años tienes. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños o por la aventura de estar vivo.
-No me interesan qué planetas hacen la cuadratura de tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu propio dolor, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has encogido y cerrado por el temor a sentir más dolor! Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, mío o tuyo, sin moverte para esconderlo o para resolverlo. Quiero saber si puedes estar con el gozo, tuyo o mío; si puedes danzar, salvajemente y dejar que el Éxtasis te llene hasta las yemas de los dedos de las manos y de los pies, sin advertirnos que debemos tener cuidado y ser realistas, ni recordarnos las limitaciones de ser humanos.
-No me interesa si es verdadera la historia que me cuentas. Quiero saber si puedes desilusionar a otra persona para ser auténtico contigo mismo; si puedes soportar la acusación de ser un traidor y no traicionar tu alma. Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto confiable. Quiero saber si puedes sentir la belleza aún cuando no todos los días son bellos, y si puedes encontrar la fuente de tu vida en SU presencia. Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, tuyo o mío, y a pesar de ello pararte a la orilla de un lago y gritar SI! al plateado de la luna llena.
-No me interesa saber donde vives ni cuanto dinero tienes. Quiero saber si puedes ponerte de pie, después de una noche de dolor y desesperanza, agotado y golpeado hasta los huesos, y hacer lo que hay que hacer por los niños.
-No me interesa quién eres, ni cómo llegaste aquí. Quiero saber si permanecerías conmigo en el centro del fuego sin echarte para atrás.
-No me interesa donde has estudiado, ni que has estudiado, ni con quién lo has hecho. Quiero saber que es lo que te sostiene desde adentro cuando todo lo demás falla. Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo y si te agrada verdaderamente la compañía que buscas en los momentos vacíos.
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